ARTICLES » 21-01-2014  |  CERVANTES FOU MIQUEL DE SERVENT
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Seguint les passes del Quixot i de l'exèrcit gavatx

El proper mes de juny farà exactament quatre segles que Don Quixot va transitar per la comarca del Penedès. En Carles Querol n’ha resseguit les traces i ens ho comenta en aquest article.

Serà exactament el 22 de juny del 2014 quan s'acompliran quatre segles –ni un dia més ni un dia menys— des que l’Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha va transitar per la nostra comarca, camí de Barcelona. Un any i una setmana abans d'aquesta commemoració, el 15 de juny passat, una colla d'amics hem volgut comprovar sobre el terreny l'estat del camí ral que anava de Sant Sadurní a la Llacuna, concretament del tram que porta des de Santa Anna (Sant Quintí de Mediona) fins al castell, just per on va transitar el Quixot.

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Un grup d'amics comprovant sobre el terreny amb mapes i documents històrics l'indret precís de la riera de Mediona per on va transitar el Quixot el 1614 i les tropes napoleòniques el 1809. La imatge es va capturar el 15 de juny de 2013 a la una del migdia. FOTO D'ANNA M NADAL

Va ser en aquest indret on va esdevenir allò que s'explica en el capítol LX de la Segona Part de l'Obra de Cervantes, publicada el 1615: "Levantóse Sancho, y desvióse de aquel lugar un buen espacio; y, yendo a arrimarse a otro árbol, sintió que le tocaban en la cabeza, y, alzando las manos, topó con dos pies de persona, con zapatos y calzas. Tembló de miedo; acudió a otro árbol, y sucedióle lo mesmo. Dio voces llamando a don Quijote que le favoreciese. Hízolo así don Quijote, y, preguntándole qué le había sucedido y de qué tenía miedo, le respondió Sancho que todos aquellos árboles estaban llenos de pies y de piernas humanas. Tentólos don Quijote, y cayó luego en la cuenta de lo que podía ser, y díjole a Sancho: -No tienes de qué tener miedo, porque estos pies y piernas que tientas y no vees, sin duda son de algunos forajidos y bandoleros que en estos árboles están ahorcados; que por aquí los suele ahorcar la justicia cuando los coge, de veinte en veinte y de treinta en treinta; por donde me doy a entender que debo de estar cerca de Barcelona.

Al parecer alzaron los ojos, y vieron los racimos de aquellos árboles, que eran cuerpos de bandoleros. Ya, en esto, amanecía, y si los muertos los habían espantado, no menos los atribularon más de cuarenta bandoleros vivos que de improviso les rodearon, diciéndoles en lengua catalana que estuviesen quedos, y se detuviesen, hasta que llegase su capitán.

Fragment del mapa dibuixat pel cartògraf reial D. Tomás López (1730–1802) on es pot veure en color vermell el traçat del camí que el Quixot va seguir des de l'Aragó fins a Barcelona. L'enginyer i arquitecte militar D. José de Hermosilla Sandoval (1715–1776) va ser l'encarregat de fer el treball de camp i de determinar en quins punts havien esdevingut els diferents capítols de la famosa novel·la de Cervantes, assenyalant-los sobre el mapa amb una numeració correlativa. Amb el número 32 va indicar que va ser a la riera de Mediona on va esdevenir l'incident dels bandolers.

Hallóse don Quijote a pie, su caballo sin freno, su lanza arrimada a un árbol, y, finalmente, sin defensa alguna; y así, tuvo por bien de cruzar las manos e inclinar la cabeza, guardándose para mejor sazón y coyuntura.
Acudieron los bandoleros a espulgar al rucio, y a no dejarle ninguna cosa de cuantas en las alforjas y la maleta traía; y avínole bien a Sancho que en una ventrera que tenía ceñida venían los escudos del duque y los que habían sacado de su tierra, y, con todo eso, aquella buena gente le escardara y le mirara hasta lo que entre el cuero y la carne tuviera escondido, si no llegara en aquella sazón su capitán, el cual mostró ser de hasta edad de treinta y cuatro años, robusto, más que de mediana proporción, de mirar grave y color morena. Venía sobre un poderoso caballo, vestida la acerada cota, y con cuatro pistoletes –que en aquella tierra se llaman pedreñales– a los lados. Vio que sus escuderos, que así llaman a los que andan en aquel ejercicio, iban a despojar a Sancho Panza; mandóles que no lo hiciesen, y fue luego obedecido; y así se escapó la ventrera. Admiróle ver lanza arrimada al árbol, escudo en el suelo, y a don Quijote armado y pensativo, con la más triste y melancólica figura que pudiera formar la misma tristeza. Llegóse a él diciéndole:
-No estéis tan triste, buen hombre, porque no habéis caído en las manos de algún cruel Osiris, sino en las de Roque Guinart, que tienen más de compasivas que de rigurosas.
-No es mi tristeza –respondió don Quijote– haber caído en tu poder, ¡oh valeroso Roque, cuya fama no hay límites en la tierra que la encierren!, sino por haber sido tal mi descuido, que me hayan cogido tus soldados sin el freno, estando yo obligado, según la orden de la andante caballería, que profeso, a vivir contino alerta, siendo a todas horas centinela de mí mismo; porque te hago saber, ¡oh gran Roque!, que si me hallaran sobre mi caballo, con mi lanza y con mi escudo, no les fuera muy fácil rendirme, porque yo soy don Quijote de la Mancha, aquel que de sus hazañas tiene lleno todo el orbe.
Luego Roque Guinart conoció que la enfermedad de don Quijote tocaba más en locura que en valentía, y, aunque algunas veces le había oído nombrar, nunca tuvo por verdad sus hechos, ni se pudo persuadir a que semejante humor reinase en corazón de hombre; y holgóse en estremo de haberle encontrado, para tocar de cerca lo que de lejos dél había oído; y así, le dijo:
-Valeroso caballero, no os despechéis ni tengáis a siniestra fortuna ésta en que os halláis, que podía ser que en estos tropiezos vuestra torcida suerte se enderezase; que el cielo, por estraños y nunca vistos rodeos, de los hombres no imaginados, suele levantar los caídos y enriquecer los pobres".

Podria ser que alguns amics es preguntessin com tinc la gosadia d'afirmar amb tanta solemnitat que va ser just en aquest indret de la riera de Mediona on el Quixot es va trobar amb el bandoler català Rocaguinarda, i que el fet va esdevenir el 22 juny del 1614. Comencem pel dia, el mes i l'any. És el mateix Cervantes qui ens ho aclareix en dos fragments del capítol LXI : "En fin, por caminos desusados, por atajos y sendas encubiertas, partieron Roque, don Quijote y Sancho con otros seis escuderos a Barcelona. Llegaron a su playa la víspera de San Juan, en la noche, y abrazando Roque a don Quijote y a Sancho, a quien dio los diez escudos prometidos, que hasta entonces no se los había dado, los dejó, con mil ofrecimientos que de la una a la otra parte se hicieron”. Per tant, la data en qüestió seria la del 22 de juny, un dia abans de la vigília de Sant Joan (de la riera de Mediona a Barcelona hi ha una distància d'uns setanta quilòmetres, que, a peu, comporten unes quinze o setze hores: massa per fer-les en un sol dia).

L'altre fragment que ens ajudarà a determinar l'any diu literalment: "Tendieron don Quijote y Sancho la vista por todas partes: vieron el mar, hasta entonces dellos no visto; parecióles espaciosísimo y largo, harto más que las lagunas de Ruidera que en la Mancha habían visto; vieron las galeras que estaban en la playa, las cuales, abatiendo las tiendas, se descubrieron llenas de flámulas y gallardetes que tremolaban al viento y besaban y barrían el agua; dentro sonaban clarines, trompetas y chirimías, que cerca y lejos llenaban el aire de suaves y belicosos acentos. Comenzaron a moverse y a hacer un modo de escaramuza por las sosegadas aguas, correspondiéndoles casi al mismo modo infinitos caballeros que de la ciudad sobre hermosos caballos y con vistosas libreas salían. Los soldados de las galeras disparaban infinita artillería, a quien respondían los que estaban en las murallas y fuertes de la ciudad, y la artillería gruesa con espantoso estruendo rompía los vientos, a quien respondían los cañones de crujía de las galeras".

Segons els investigadors més solvents, les famoses galeres catalanes només van situar-se a la platja de Barcelona el dia de Sant Joan del 1614, just un any abans que s'edités aquesta segona part del Quixot. Com és evident, Cervantes estava molt ben documentat.

 

Sancho Panza
Sancho Panza en el moment que toca uns peus que pengen dels arbres a la riera de Mediona.
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Gravat d'època de l'avenç de les tropes napoleòniques pel congost de la riera de Mediona en direcció al castell, dibuixat per Jean Charles Langlois, capità ajudant de camp del Mariscal Gouvion Saint Cyr.
Foto actual del mateix indret del congost de la riera amb el castell de Mediona al fons.
El sinuós camí d'ascens al castell de Mediona, des de la riera.
Vista panoràmica del camí ral medieval, des del castell mirant cap on es troba Santa Anna i Sant Quintí. El camí segueix la llera de la riera. Veiem el congost al fons de la imatge.
La mateixa panoràmica just en el moment d'una rierada. Observem el camí inundat i tot el tram intransitable.
Vista panoràmica del camí en direcció a Sant Joan, després de deixar enrera el castell de Mediona. Ben bé al peu d'aquesta paret de l'esquerra de la imatge, en plena obaga, s'hi ha localitzat un pou de glaç que caldrà restaurar.

Carles Querol

Enllaç a l'article original



Autor: Carles Querol

Publicat a www.inh.cat - Institut Nova Història